martes, 6 de septiembre de 2011

SEGUNDA OPORTUNIDAD

Cerré los ojos. Me senté en la cama. Apreté mis manos en la cabeza,y grité muy alto. Desgarrando mi garganta. 
Abrí los ojos. Las lágrimas caían por mis mejillas. La perdí. Ella se desvaneció. Su cuerpo se fue apagando poco a poco, dejando un rastro de sufrimiento a mi lado.
Tuve miedo. Me perdí a mi mismo. Busqué como volver a tenerla a mi lado, aun que era materialmente imposible, porque su cuerpo frágil estaba bajo tierra. Lejos de mi alcance.
No sabía como encontrarla de nuevo. Ya a penas aparecía en mis sueños, y el hecho de que su recuerdo en mi mente se borrase, me hacía perder el control. Entonces volví a sentir el miedo que antes me atormentaba, ese miedo que sentía cuando me quedaba solo en casa y escuchaba los ruidos de la noche. También me sentí impotente cuando su vida se escapó de mis manos, cuando  yo no pude hacer nada para curarla. Ella se fue apagando lentamente, como la luz de una vela se desvanece conforme la mecha se va apagando. Lo intenté todo. Pero mis esfuerzos y los de todos fueron en vano; su cancer ya estaba muy avanzado. Me sentía incapaz de ayudarla, porque tenía miedo de que cualquier cosa que hiciese podía arrebatármela más rápido aún. Pero ella no podía vivir eternamente…
Me levanté de la cama y pensé que la mejor manera recuperarla era colocándome hasta las cejas. Si, por aquel entonces yo era un médico con bastante prestigio, pero su pérdida me hacía perder el control y me cegaba.
Esa noche salí a la calle. Encontré a un camello en un callejón. Compré maría, y me fumé un porro. Volví a casa. Me sentía más feliz. Más animado. Mis penas se desvanecían poco a poco, y ya casi ella me resultaba lejana. Enseguida soñé con ella. La veía a mi lado, la miraba. Ahora se que ese momento de mi vida fue un cambio oscuro, que nada de lo que veía existía y nada de lo que hacía era racional.

Me enganché a la droga. Mi prestigio se fue desmoronando. Hasta que no quedó nada. Me  vi obligado a abandonar el trabajo por el que había estado años luchando. También dejé de pagar el alquiler del piso, y el dueño me echó a la calle.
Gastaba hasta mi último céntimo en droga. Llegó un momento en el que yo dependía de ella.
Pero con el tiempo me comencé a sentir como una mierda. Mi memoria se iba desvaneciendo. Mi salud estaba deteriorada. Ya apenas recordaba quien era yo.  Mi antiguo yo lo veía como algo borroso  y lejano. Dejé de pensar en ella. Olvidé todo. Mi única obsesión era tomar droga, me daba igual la forma. Pinchada, fumada, esnifada, en forma de pastilla.
El alcohol también se abrió un hueco en mi vida, y terminé por vivir en la entrada de un banco. Fui llevado a comisaria infinidad de veces, por hacer escándolo público, por dormir donde no debía… Me sentía humillado ante las burlas de los jóvenes que pasaban y me señalaban con el dedo. Ellos no sabían nada del dolor que yo había padecido antaño, antes de verme arrastrado a la droga y al alcochol, antes de perder mi trabajo, mi casa y mi dinero…
Entonces un día desperté. Cuando abrí los ojos, estaba en una cama de sábanas blancas. Abrí los ojos. Estaba en el hostipal. Había sufrido un infarto.  Ese golpe en mi vida, me hizo recordar el pasado que se había bloqueado y casi olvidado de mi mente. Recordé lo que se sentía al salvar una vida, recordé también lo que era tener una vida sana, la recordé a ella…
Si, ella nunca habría querido que yo tuviese esa vida de mierda. Y fue por ella, por la que decidí abandonar las drogas.
Y no me encontré solo. Mucha gente me ayudo a salir del mundo oscuro en el que yo había ido penetrando con el paso de los años.

Ahora soy una persona nueva. Ha sido difícil dejar atrás los años de adicción, pero por fín los he superado. Me siento libre, y con ganas de seguir ayudando a gente que se ha perdido en uno de los caminos fáciles y peligrosos que nos abre la vida. Gente que se ha perdido para refugiarse y para escapar de la hipocresía del mundo.
He decidido abrir un centro donde ayudarlos, juntando el poco dinero que me quedaba y recogiendo muchas firmas, he conseguido ayudar a muchas personas que lo necesitaban; y es que, todos, necesitamos a veces una segunda oportunidad.

maRiiia

2 comentarios:

  1. Genial!!!!! Precioso!!!!! Hermoso!!!! Te ha quedado genial!!!! Me encanta!!!!

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  2. gracias!! :) me alegro que te guste!!

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