viernes, 14 de octubre de 2011

Desenlace (Boda part. II)

Y así fue, desde nuestra boda hasta unos 3 años y medio después. Cuando nos quisimos dar cuenta, teníamos a un bebé en camino, una casa a medio pagar y el coche igual. Decidimos tomarnos unas mini-vacaciones a Canadá con un dinero extra que habías conseguido, con una impresionante venta en tu trabajo.
Fuimos, todo bien, pero en el viaje de vuelta te noté arisco y mal humorado. No dije nada, "Ya se le pasará", pensé. Que equivocada estaba.
Cuando llegamos a casa yo estaba con dolor de cabeza, y fui a la cocina a tomar algo. Me seguiste, y, de repente, estallaste. Me gritaste de todo, me amenazaste, me insultaste. Yo solo lloraba, con la cara enterrada entre mis manos. Cuando te quedaste ronco de gritar, con tu último pedacito de voz, me dijiste que te ibas, y que no volverías. Que me buscara la vida para sobrevivir, sobretodo con un bebé viniendo. Y te fuiste.
Esa noche dormí sola, y tuve frío, porque no estabas tú para calentarme con tu presencia.
Y lloré mucho, lloré hasta secarme, hasta quedarme sin lágrimas.
Te esperé, y no viniste.
Pero un día me sorprendí por...

Together (Juntas)

Juntas. Siempre. Eso decíamos, y mira cómo terminó todo. ¿Es todo así? ¿Todo termina mal?
Recuerdo cuando estábamos en clase, sin prestar atención, y nos intentaban sentar separadas, pero al ser buenas estudiantes nos dejaban juntas. Y hacíamos, entre las mochilas y las chaquetas, una cuna para nuestros bebés, que llevábamos y paseábamos por el cole, sin vergüenza. ¿Qué tiempos aquellos, eh? Y también llevábamos a las barbies. También recuerdo, hace más tiempo aún, que en el patio de los peques nos subíamos al árbol ese, ese que ya era nuestro árbol, y que eras mi hermana mayor. También recuerdo que en esa época llevabas galletas con formas de animales que tenían chispitas de chocolate, y que yo, loca como era y sigo siendo, las metía en mi sandwich de jamón.
¿Qué fue de eso? ¿Qué pasó? Crecimos, yo me cambié de cole, lo sé, pero, ¿dónde quedó nuestra amistad? ¿Nuestro cariño, nuestra relación, simplemente? Y me respondo yo misma, porque sé que tú no lo harás: en N-A-D-A. Porque perdimos el contacto. Y ahora que he ido a verte, me he llevado una desagradable sorpresa: no me hechas de menos. Yo he cambiado, y tú también, pero eso no significa que haya dejado de quererte, de apreciarte. Y te he echado de menos, pero tú no a mí, o por lo menos no me lo demostraste. Y cuando pienso y reflexiono sobretodo esto, me doy cuenta que SIEMPRE fue así, pero nunca me quise dar cuenta. Por suerte, tengo amigas que me ayudan a superar esto, y si me paro a pensarlo, son mejores amigas para mí que tú, porque ellas me quieren, me miman, me cuidan. Porque a mí hay que cuidarme, como a un árbol, hay que decirme cosas bonitas, hacerme olvidar lo malo, cortar las ramas bajas, para que toda la energía se concentre en las más altas, en las nuevas opciones, nuevas relaciones.
Y aunque te sigo queriendo, no te quiero como antes.
Ahora, ese "Juntas. Siempre", es con otras personas, con otras amigas, que puede que lo cumplan.
Hasta siempre, hasta nunca, amiga mía.