viernes, 6 de enero de 2012

Te extraño

Cariño mío, ahora que estás de viaje, te extraño. Siento la cama fría a mi lado, siento la mesa vacía en la cena, siento la casa silenciosa, cuando tú no estás. Te extraño, y no puedo evitar pensar en si estarás bien, si tendrás frío, si me echas de menos como yo a ti. Durante el día me mantengo ocupada: por la mañana trabajo, y no pienso en ti; por la tarde leo, miro películas, limpio o cocino para evitar tu recuerdo. En la ducha canto, para que las lágrimas no afloren a mis ojos; y en el coche escucho música, para no escuchar tu voz en mi mente. Pero es por la noche, cuando no puedo dormir, cuando no puedo evitar, esquivar más tu recuerdo y cierro los ojos y veo tu sonrisa, tus ojos, verdes como el más hermoso bosque, tu pelo, castaño y rizado sin remedio, y no puedo evitar llorar, y pedir, querer, esperar, que la semana pase rápido y que vuelvas pronto, porque no aguanto la agonía de no estar contigo, de saber que en cuanto llegue a casa no vas a estar, que voy a dormir sola y que no voy a salir acompañada a cenar a un restaurante bonito el sábado por la noche. Porque te extraño, y no puedo evitarlo.