domingo, 2 de octubre de 2011

:(

Cuando siento que me estoy yendo, lo último que pienso eres tú. Porque desde que apareciste ese día en mi vida has sido lo único que ha ocupado mi pensamiento. Me duele ahora que estés lejos. Que dejases mi vida aquel triste invierno; que ya no te quede nada más mío a parte de estas líneas....
Me duele todo. No te puedes hacer una idea de lo que es esto....
Me habría encantado que estos últimos momento hubiese estado a mi lado, que me hubiese tomado la mano, y aun que fingieses, que me hubiese dicho que aún te importaba, que aún me querías, y que pusiese tus suaves labios sobre los míos. Que me susurrases palabras de consuelo, que me dijeras Te quiero, por última vez, que me ayudases a entrar en la nada sin miedo...
Pero siento que a pesar de que te han avisado de que estoy en un hospital, no vas a venir, porque hace ya tiempo que dejé de importarte.
Aún recuerdo con nítidez, y ahora quizás lo único que recuerdo con total lucidez es el día en el que te conocí...
¿Te acuerdas? No creo... Te lo diré. Estabas trite. Llorabas en los aseos del instituto porque aquel chico que tanto te gustaba había pasado de ti. Entré en el baño porque llorabas, y te encontré allí sentada, echa un manojo de nervios. Me miraste con la mirada asustada, y te tranquilicé; nunca antes me había percatado de que tu estabas ahí, y en ese momento en el que te vi, sentí como mi corazón se aceleraba. Ya discutimos mucho después sobre el tema del amor a primera vista... me decías que no, pero yo siempre insistí en que si... No me desvío. te ayudé a superarlo. Te apoyaste en mí. Entonces, te dije que me querías. Que habías estado ciega. Y fue en aquel momento años después de haberte conocido, cuando comenzamos a salir... Te aseguro que has sido la única persona que he amado de verdad, y mientras estuvimos juntos fui la persona más feliz del mundo. Pero  un buen día, decidiste que necesitabas ver mundo, me dejaste, solo. No volví a saber de tí, nunca más.
Ahora que estoy en mi lecho de muerte, en la flor de la vida, pedí que te avisasen para que vinieses, pero desde que estoy aquí no he sabido de tí... Supongo que ya no soy nada más que un desconocido para tí.

Abro los ojos, y una lágrima de pena resbala por mi mejilla. No tengo miedo a la muerte, dejé de tenerlo hace mucho, cuando me dijeron que tenía un cáncer muy avanzado... ahí fue cuando perdí toda la esperanza. A pesar de que ahora, metido entre las sábanas de un hospital, aún espero una respuesta tuya.
La puerta se abre... y entras. Me abrazas. Me dices que dejarme fue el mayor que cometiste.... te perdono porque te amo. Desde aquel día te he querido sin importar que te fueses.
Ahora siento como mi cuerpo se apaga, ya no quiero irme, estás ahí; mirándome con tus ojos tan azules. Pero  no me queda tiempo. Me voy, y te dejo ahí, en la fría habitación de hospital...

Pero, la realidad no es esa. La habitación está vacía. No hay nadie. Todo ha sido una imaginación. Él muere solo; olvidado en una habitación cualquiera de un hospital cualquiera...