domingo, 8 de enero de 2012

Estoy decepcionada

Eras mi amigo. Nos decíamos todo, no habían secretos. Compartíamos un pasado más o menos parecido, y parecía que el mismo futuro. Con eso de que nuestros padres trabajaran juntos, podíamos disfrutar más tiempo entre nosotros. Y también vivíamos los dos en el mismo pueblo, un problema menos. Luego, yo tuve una época mala, y tú, bueno, no me apoyaste mucho, y preferías estar con otros amigos antes que con mi deprimida y triste yo. Me recuperé, y cuando quise recuperar nuestra amistad, descubrí que habías cambiado, que no eras el mismo compañero de juegos de toda nuestra infancia, que preferías parecerte más a los chulos de la clase y no ser tú mismo, hablar como ellos, vestirte "guay"... Y yo, que seguía siendo la misma (o, por lo menos, no había cambiado tanto como tú) descubrí que no me sentía tan cómoda con tu nueva forma de ser, así que nos distanciamos. El hecho de que, al pasar al instituto, yo fuera a otro tampoco arregló mucho las cosas entre nosotros, y nos distanciamos más cuando te mudaste a otro pueblo, más lejos. Seguíamos teniendo contacto, en Navidades, cumpleaños y eso, pero NADA era como antes. Y ahora, que volvemos a tener un poco más de confianza, que nos vemos más, y hablamos a menudo, noto que te he echado de menos, que notaba tu ausencia, que te extrañaba. Pero al escuchar que habías contado uno de mis secretos, uno de esos tan importantes (un enamoramiento mío, muy importante a esa edad) me he sentido traicionada y dolida, me... Me he decepcionado, porque yo, que he mantenido tus secretos, bueno, pues... En secreto... Esperaba que hicieras lo mismo, y no lo has hecho. Por eso estoy decepcionada, mi amigo de juegos, de historias, de aventuras.