lunes, 19 de septiembre de 2011

Boda

¡No me lo creo! Realmente nos vamos a casar, a estar unidos por siempre jamás. Sonará a cuento de hadas, pero es lo que siempre he querido.
Después de 3 años juntos, pues una empieza a ansiar una boda. Y cuando menos me lo esperaba, me lo pediste. Recordaré siempre ese atardecer, en esa islita pequeña pero hermosa donde habíamos ido de vacaciones. Era la última noche, y yo estaba algo triste, guardando las cosas en la maleta. Me dijiste que hiciéramos un pick nick en la playa, y te me declaraste. Me tomaste las manos, y mirándome a los ojos, con esos ojos tuyos tan castaños, me dijiste que me amabas, que me querías demasiado, y que querías estar unido a mí para siempre, y que querías casarte conmigo. Me dejaste muda de la emoción, y dije que sí, y que sí quería, y que yo te amaba más de lo que tú me amabas a mí.  Unos 7 meses más tarde, nos casamos, un día soleado, en una iglesia pequeña de un pueblo pequeño. Fue una ceremonia sencilla, justo lo que queríamos, con los familiares y los amigos más íntimos. Después de ese día hemos tenido nuestras riñas, nuestros problemas, nuestras peleas, pero nuestro amor intenso impedía que cualquiera de esas peleas fuera grave, y nos reconciliábamos enseguida, porque no aguantábamos estar separados. Al menos, eso pensaba yo.

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