lunes, 18 de febrero de 2013

Home alone

Y... "Adiós, ¡volvemos en unas horas!" y mi "Vale, ¡suerte!" y después... Escucho cerrarse la puerta del patio y salto de mi silla, muy feliz. Jajajajaja... Solita en casa. Un poquito de rock bajito mientras termino rapidísimo la tarea, mi mano volando sobre la libreta. Dos palabras más... Una... ¡SÍ! ¡Terminé! Subo la música hasta el máximo volumen y salto por mi habitación recitando la canción a grito pelado y tocando mi guitarra imaginaria. Después bajo el volumen, sé que no vivo sola y que mi punk puede molestar (incompresiiiiiblemente) a mis vecinos, pero eso no me prohíbe escucharlo, así que la dejo puesta a un buen volumen pero que no molesta. Bajo feliz las escaleras a por una galletas y me siento en el ordenador. Reviso mi Facebook, mi Polyvore, mi blog... Nada nuevo. Decido desenchufarme y salto un rato con Green Day, canto frente al espejo usando mi cepillo de pelo como micrófono, aunque no funciona muy bien: mi voz suena igual de alta que siempre. Me pinto las uñas, todo sin parar de cantar, y me tomo un colacao con muuuucho chocolate: Ole, estoy sola y feliz, y acabé la tarea en un cuarto de hora, ¡me lo merezco! Escucho un coche, me asomo a la ventana y.... ¡Uppppsss, ya llegaron! ¡Qué rápido pasan dos horas! Me apresuro a bajar el volumen y bajo rápidamente a abrir la puerta, y cuando llegan me miran con cara de "Ejemmm...". No les hago caso y charlo un rato, y cuando paso por el espejo veo el mostacho de chocolate que tengo, y solo puedo reírme. De verdad, no paro de reírme.

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